La hidratación es probablemente la medida más importante que se puede tomar para la prevención de las infecciones del tracto urinario, dijo. “Las mujeres mayores también pueden intentar mantenerse limpias y secas”.
Para las mujeres que podrían tener ingresos fijos, gastar el dinero en cápsulas de arándanos quizá no merezca la pena, comentó Juthani-Mehta. “Este estudio es otro de una línea larga de estudios que no sugieren que los productos de arándanos funcionen para reducir las infecciones del tracto urinario”.
“Muchas personas creen firmemente en su producto de arándanos, y a esas personas les digo que sigan con lo que sienten que les funciona”, planteó Juthani-Mehta. “Ciertamente parece haber pocos inconvenientes por el hecho de beber jugo de arándanos, si a usted le gusta”.
Las infecciones del tracto urinario son las infecciones que más habitualmente se diagnostican a pacientes que residen en hogares de ancianos, según los investigadores. Aproximadamente entre el 25 y el 50 por ciento de las mujeres que viven en hogares de ancianos tienen bacterias en la orina (bacteriuria), y el 90 por ciento de las que sufren de bacteriuria tienen glóbulos blancos en la orina (piuria).
La Dra. Elizabeth Kavaler, especialista en urología del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York, dijo que “los arándanos, las tabletas, las cápsulas y el jugo realmente no tienen un impacto muy grande en la prevención o tratamiento de las infecciones del tracto urinario”. “Cuando se tiene una infección del tracto urinario, se tiene que tratar con antibióticos”.
La idea de que el arándano prevendría o trataría las infecciones del tracto urinario apareció antes de que se inventaran los antibióticos y no hubiera un tratamiento o una prevención, explicó Kavaler.
“Si usted quiere hacerlo, puede tomar los arándanos; realmente no importa, no va a cambiar nada”, señaló Kavaler.
Para realizar el estudio, Juthani-Mehta y sus colaboradores asignaron aleatoriamente a 185 mujeres residentes en un hogar de ancianos a tomar dos cápsulas de arándanos al día o un placebo. Cada cápsula contenía el equivalente a 20 onzas de jugo de arándanos.
El 31 por ciento de ellas tenían bacteriuria y piuria al mismo tiempo al inicio del estudio. El 80 por ciento de las pacientes tomaron las cápsulas tal y como se les dijo, y 147 completaron el estudio de un año.
Los investigadores no encontraron ninguna diferencia en el porcentaje de mujeres que tenían bacteriuria y piuria a la vez entre las que tomaron las cápsulas de arándanos o el placebo (el 29.1 por ciento frente al 29 por ciento, respectivamente).
Tampoco hubo ninguna diferencia significativa en la cantidad de ITU a lo largo del año: 10 episodios en el grupo de tratamiento frente a 12 en el grupo de control.
El informe se publicó en línea el 27 de octubre en la revista Journal of the American Medical Association, para que coincidiera con una presentación de la reunión anual de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Diseases Society of America), la Sociedad de la Epidemiología de la Atención de Salud de Estados Unidos (Society for Healthcare Epidemiology of America), y la Asociación de Medicina del VIH (HIV Medicine Association), en Nueva Orleáns.
Una uroginecóloga cree que el arándano podría ayudar a prevenir la infección del tracto urinario en las mujeres de cualquier edad, pero solamente si están libres de la infección cuando empiezan a tomar arándanos.
“Los arándanos hacen que la orina se vuelva más ácida, de modo que hace que sea más difícil que crezcan las bacterias”, explicó la Dra. Jill Rabin, codirectora de la división de atención ambulatoria de los Servicios PCAP de los Programas de Salud de las Mujeres de Northwell Health, en New Hyde Park, Nueva York.
Pero para que funcionen en la prevención de las infecciones urinarias, los pacientes no deben tener ninguna traza de bacterias o glóbulos blancos en la orina. “Se tiene que empezar en un momento en que no haya infección”, indicó Rabin.
Pero las pacientes de este estudio no estaban necesariamente libres de la infección, señaló. Rabin dijo que las pacientes mayores son propensas a la infección, por lo que el arándano quizá no funcione mejor en estas mujeres.
Lo más importante que se puede hacer es asegurarse de que estas mujeres tienen una buena higiene, dijo Rabin. “Acidular la orina y asegurarse de que estas mujeres no estén haciendo algo que les haga infectarse en primer lugar es lo mejor que se puede hacer”, comentó.
“Pueden beber todo el jugo de arándanos del mundo, pero si tienen la infección, eso no les va a servir de tratamiento”, dijo Rabin. “Si su higiene es mala, no importará. Hay que ir a la fuente de por qué se están infectando en primer lugar”.
Más información
Para más información sobre las infecciones del tracto urinario, visite el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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