Ese estudio, publicado el 9 de agosto en la revista Environmental Health Perspectives, observó a unos 600 adolescentes de las Islas Feroe, un país isleño cerca de la costa de Dinamarca. Los adolescentes expuestos a los PFAS tenían unos niveles más bajos de lo esperado de anticuerpos contra la difteria y el tétanos, aunque se habían vacunado contra estas enfermedades.
Esto sugiere que los PFAS, que se sabe que interfieren con la función inmunitaria, podrían reducir la efectividad de las vacunas en los niños, apuntaron los investigadores.
Un experto dijo que el problema es incluso mayor de lo que indican estos estudios.
“Se han realizado análisis de estos compuestos en apenas alrededor de un 10 por ciento de los sistemas comunitarios de agua de EE. UU.”, comentó Erik Olson, director del programa de salud del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales. “Creemos que es un problema generalizado, y que una mayor monitorización detectaría una contaminación más amplia”.
Incluso a niveles bajos, la exposición a los PFAS puede ser potencialmente nociva, añadió Olson. “Todas las evidencias sugieren que una exposición a niveles muy bajos puede resultar problemática, sobre todo para las madres embarazadas y los niños en desarrollo”, advirtió.
Aunque uno sepa que el agua está contaminada con PFAS, hay poco que hacer, dijo. “La opción es usar agua potable de una fuente distinta, como el agua embotellada, pero tampoco hay estándares para esos compuestos en el agua embotellada”, dijo Olson.
Los filtros comunes de agua que se compran en el supermercado tampoco eliminan los PFAS del agua, apuntó.
“Se puede conseguir un filtro que elimine todo, pero comprarlos y mantenerlos es caro, así que no hay muchas opciones”, lamentó Olson. “La mejor solución es prevenir que el agua se contamine”.
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Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com© Derechos de autor 2016, HealthDay