“La ansiedad posparto tardía o persistente, la depresión y el PTSD lamentablemente son áreas poco estudiadas”, agregó la Dra. Sarah Kilpatrick, PhD, presidenta del del Departamento de Obstetricia y Ginecología de Cedars-Sinai y una de las coautoras del estudio.
“En esta investigación preliminar, hemos identificado diferencias genéticas relacionadas con la inflamación al comparar mujeres que experimentaron síntomas prolongados de trastornos del estado de ánimo y ansiedad con aquellas que no reportaron una salud mental precaria”, dijo Kilpatrick.
Ahora, se requieren estudios adicionales para una inmersión más profunda en el papel que puede desempeñar la inflamación en la enfermedad mental posparto.
Uno de los objetivos principales de este trabajo es diseñar un análisis de sangre que detecte qué mujeres corren mayor riesgo de sufrir trastornos del estado de ánimo posparto graves y prolongados, según Accortt.
“Un análisis de sangre podría ayudarnos a desarrollar intervenciones tempranas que brinden tratamientos y apoyo médicos y de salud mental. Queremos averiguar por qué algunas mujeres corren un mayor riesgo de depresión, ansiedad y TEPT. Nadie debería sufrir durante años después del parto”, manifestó Accortt.
Jennifer Nicoloro-SantaBarbara, PhD, actualmente investigadora e instructora en el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard, es la primera autora de la publicación.
Financiamiento: Cedars-Sinai Precision Health, el Centro Cousins de Psiconeuroinmunología, la Universidad de California, Los Ángeles, y una subvención del Instituto Nacional de Salud Mental, proporcionaron apoyo para el estudio.
Más información: CEDARS-SINAI