investigadora sénior, Renata Micha, profesora asociada de investigación en la Facultad de Ciencias y Políticas de la Nutrición de la Universidad de Tufts, en Boston.
Esos efectos podrían ser incluso más potentes si la nueva etiqueta de información nutricional hiciera que los fabricantes redujeran la cantidad de azúcar que añaden a los productos, apuntó Micha.
“Si esa etiqueta de azúcares añadidos hiciera que la industria alimentaria reformulara incluso una porción de sus productos para que contengan menos azúcares añadidos, los beneficios de salud y financieros se duplicarían, lo que es un impacto impresionante”, señaló Micha.
Los azúcares añadidos conforman más de un 15 por ciento de las calorías diarias totales de los estadounidenses, lo que supera el nivel recomendado de menos de un 10 por ciento, apuntaron los investigadores en las notas de respaldo.
Reconocer los azúcares añadidos al observar la lista de ingredientes en la etiqueta puede