Los texanos atrapados en las inundaciones inusitadas provocadas por el huracán Harvey ahora se enfrentan a innumerables peligros para la salud, advierten las autoridades.
El agua sucia plantea un peligro
El agua sucia que ha inundado la ciudad de Houston plantea el peligro más inmediato, dijo el Dr. Frank Esper, experto en enfermedades infecciosas de la Clínica Cleveland.
“Esas crecidas se contaminan con las aguas negras, porque las alcantarillas mismas están inundadas del todo y se desbordan por los desagües hasta las aguas estancadas alrededor y dentro de los hogares de las personas”, advirtió Esper. “Cada vez que una persona vadea para cruzar la calle e ir de un sitio a otro, o para llegar a un sitio más alto, se encuentran con unas cantidades de bacterias muchísimo más altas”.
Pero más allá de esa amenaza a corto plazo, otros peligros y problemas médicos surgirán debido a la falta de servicios modernos tras el paso de Harvey, dijeron los expertos.
El Dr. Bruce Farber, jefe de enfermedades infecciosas en el Hospital de la Universidad de North Shore en Manhasset, y en el Centro Médico Judío de Long Island en New Hyde Park, Nueva York, comentó que “en general ni pensamos en esos problemas porque vivimos en un país donde damos por sentado un sistema sanitario moderno”.
Es probable que el agua sucia en las áreas inundadas también esté contaminada con sustancias químicas y toxinas, a partir de una combinación de fuentes domésticas y comerciales, como las franquicias de coches y las plantas industriales, explicó el Dr. Georges Benjamin, director ejecutivo de la Asociación Americana de Salud Pública (American Public Health Association).
“En algún momento, incluso el agua que sale del grifo podría estar contaminada”, advirtió Benjamin. “Si bebe agua de un pozo, también podría contaminarse fácilmente”.
El agua sucia provoca infecciones en la piel
No hay que beber el agua de las inundaciones para que sea un peligro para la salud, apuntó la Dra. Maria Torroella Carney, jefa de medicina geriátrica y paliativa de Northwell Health en New Hyde Park, Nueva York.
Carney, ex comisionada de salud del condado de Nassau en Nueva York, formó parte del personal de una furgoneta de atención médica durante la respuesta de emergencia al huracán Sandy en 2012.
“Al principio vimos muchas lesiones”, dijo Carney. “Abrasiones y laceraciones cuando la gente intentaba subir y moverse por áreas inundadas con maderas y clavos expuestos”.
Esas lesiones planteaban un riesgo sustancial de infección, gracias al agua sucia.
“Cuando no se tiene acceso a antibióticos o suturas, pueden ser letales para la gente”, dijo Carney.
Y Esper anotó que incluso las personas afortunadas que evitan los rasguños y los arañazos al final tienen un riesgo de infecciones en la piel.
“La piel se daña y se pone en carne viva tras tanta exposición constante al agua”, dijo Esper. “Las bacterias pueden encontrar esas fisuras y grietas microscópicas, y provocar infecciones de piel locales”.
Una buena atención de las heridas y la higiene de la piel se convierten en esenciales en situaciones como esta, apuntaron Esper y Carney.
Las vacunas y los medicamentos se vuelven esenciales
Además, los trabajadores de salud pública probablemente estén distribuyendo muchas vacunas contra la hepatitis A y el tétanos, para prevenir infecciones graves que pueden resultar de las cortadas y rasguños expuestos al agua sucia, señaló Carney.