Según repiten los médicos y nutricionistas, la deficiencia de una vitamina o su mala absorción conlleva un deterioro gradual de todo el cuerpo. Por eso, todas las mañanas tomo mis vitaminas con un vaso de agua: un multivitamínico, una vitamina D, un probiótico y un suplemento de aceite de pescado. Son mi inyección de energía para empezar el día con el máximo voltaje.
En 1905, el inglés Frederick Gowland observó que hay una relación entre lo que comemos y las enfermedades. Concluyó que alguna dolencia se prevenía comiendo arroz, porque tenía nutrientes especiales, lo que hoy conocemos como vitaminas.
Debido a la publicidad, asociamos la vitamina C como el enemigo de los resfriados. Contrario a la creencia popular, la vitamina C no previene ni combate los resfriados. Sí, es necesaria para el crecimiento de cartílagos, huesos y dientes, así como para la cicatrización de heridas.
Como el cuerpo no es capaz de sintetizar o fabricar vitaminas, deben suministrarse en la dieta o a través de suplementos. Las principales fuentes vitamínicas son las frutas y verduras.
Las vitaminas se dividen en dos categorías principales: las solubles en agua (como las vitaminas del complejo B y la vitamina C) y las solubles en grasa (como las vitaminas A, D, E y K). Cada grupo tiene funciones específicas y vitales en el organismo. La deficiencia de vitaminas tiene consecuencias graves para la salud. La falta de vitamina C puede ocasionar escorbuto, mientras que la deficiencia de vitamina D puede llevar a problemas óseos como la osteoporosis. La carencia de vitamina A afecta la visión y la inmunidad, y la falta de vitamina B12 puede causar anemia y problemas neurológicos.
1️⃣ VITAMINA A. Regenera los tejidos y protege la mucosa de la boca, garganta, pulmones y nariz. Conserva una piel suave y libre de enfermedades, y contrarresta la ceguera nocturna.
2️⃣ VITAMINA B1. Primordial para el funcionamiento normal del sistema nervioso, el corazón y los músculos. Estabiliza el apetito y genera energía.
3️⃣ VITAMINA B2. Influye en la formación de glóbulos rojos y anticuerpos. Vital para el metabolismo de hidratos de carbono, proteínas y grasas. Rejuvenece y asegura una buena piel, uñas, cabello y buena visión.