¡Me muero de calor!, I’m dying of heat!, Je meurs de chaud!, o Ich sterbe vor Hitze!, es la frase repetida en distintos idiomas en el Hemisferio Norte. Desde Los Ángeles a París, desde Ciudad de México, a Berlín, la ola de calor pulveriza los récords de temperaturas y desata las alarmas. En los últimos días, China estableció un máximo de todos los tiempos, de casi 126 grados Fahrenheit (52 C.), mientras que el Valle de la Muerte, en EE. UU., llegó a 128 F. (54 C). Y en el Medio Oriente, la temperatura alcanzó los 152 F. (66 C.), superando los niveles más intensos que el cuerpo humano puede soportar. Estas condiciones serán más frecuentes a medida que el calentamiento global aumente los extremos de calor y humedad.
Es el mes de julio y los rayos de sol caen sin misericordia sobre la ciudad de Phoenix, Arizona, EE. UU., con más de 111 F. (44 C.) al mediodía. Las calles están desiertas y la gente solamente sale por la noche. Los ruidosos aparatos de aire acondicionado nunca se detienen y las facturas de electricidad suben hasta las nubes. En este “infierno”, los únicos felices son los niños que chapotean en un estanque y los vendedores de helados que hacen un excelente negocio.
El cuerpo humano posee un rango limitado de calor o frío en el cual funciona correctamente. La temperatura interna normal corporal es de aproximadamente 37 C. (98.6 F.).
Si sube más de 37 C., el cuerpo trata de enfriarse con la transpiración y la regulación del flujo sanguíneo. Cuando la temperatura corporal aumenta demasiado, hay síntomas de golpe de calor. Como mareos, debilidad, náuseas, confusión, convulsiones y pérdida del conocimiento.
La temperatura corporal de un adulto que supere los 40 C. (104 F.) es una señal de emergencia médica. Las temperaturas muy altas dañan los tejidos, el cerebro, el corazón, los pulmones y otros órganos vitales.
Los animales son los que más sufren el intenso calor: las vacas dan menos leche y las gallinas dejan de poner huevos, y la falta de lluvias es el peor mal para los agricultores.
Hay pruebas científicas sólidas de que el cambio climático incrementa las temperaturas. La quema de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura intensiva, suman gases a la atmósfera.
El dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), envuelven la Tierra, mantienen el calor en su interior e incrementan la temperatura del planeta. Este fenómeno se conoce como “efecto invernadero”.