Cuando un extraño virus invadió un pequeño pueblo del sur de España y muchos residentes se enfermaron, hubo confusión y pánico. Entonces un médico virólogo habló sobre la importancia de tener un sistema inmunitario o inmunológico fuerte para defenderse de dolencias e infecciones. También agregó que el ejercicio regular, los hábitos de sueño saludables y la alimentación limitada, incrementan la inmunidad. El mal desapareció en pocos meses, después de que los lugareños siguieran al pie de la letra la “receta” del doctor.
El sistema inmunitario —red compleja de células, tejidos y órganos— proporciona la defensa del cuerpo contra los agentes biológicos patógenos nocivos.
1 – Adopte un estilo de vida saludable. Comer una dieta rica en frutas y verduras, ejercitarse con frecuencia, mantener el peso y limitar el consumo de alcohol y tabaco, ayudan a que todas las partes del cuerpo, incluido el sistema inmunitario, funcionen cien por ciento.
2 – Optimice su dieta. La inflamación y la microbiota intestinal son dos componentes del sistema inmunitario influenciados por los alimentos que consume. Para desarrollar nuevas células inmunitarias, hay que seguir una alimentación rica en ácidos grasos omega-3 de pescado de agua fría y cereales integrales. Además, el sistema inmunitario necesita nutrientes (vitaminas y minerales) como cítricos, espinacas, yogur con cultivos vivos, nueces, semillas y té verde.
3 – Cure su intestino. Es la puerta de entrada a la salud, pero muchas personas desconocen que el intestino controla el 80 % del sistema inmunitario y que el cuerpo no actuará adecuadamente sin él. Tomar probióticos, aplacar el estrés y eludir los alimentos procesados, tonifica su intestino.
4 – Duerma lo suficiente. El sistema inmunitario se beneficia del sueño, porque durmiendo el cuerpo regenera las células dañadas. Se recomienda un horario de sueño de 7 a 8 horas cada noche.
5 – Maneje el estrés. El enemigo número uno del estrés crónico es el sistema inmunitario; entonces debemos construir urgente una barrera defensiva. Pruebe con yoga, respiración profunda, meditación o actividades al aire libre.
6 – Nunca se olvide de “mover el esqueleto”. El expulsar las bacterias de los pulmones y las vías respiratorias con ejercicio durante 20 minutos cada día, atenúa el riesgo de contraer gripe o resfriado. Además, mejora el flujo sanguíneo, aminora la inflamación y sostiene el funcionamiento lleno de energía del sistema inmunitario.