Hace veinte años, a mi tío Alfredo le diagnosticaron cáncer, y eso supuso una tragedia para la familia. Siendo una persona muy extrovertida y llena de vida, la noticia fue muy difícil de aceptar. En los tratamientos convencionales, como la quimioterapia y la radioterapia, él sonreía porque estaba seguro de que pronto se recuperaría. Todos teníamos la misma esperanza, pero el cáncer se agravó. Tristemente, mi tío Alfredo falleció mientras esperábamos una cura milagrosa. Hasta hoy, todos sentimos impotencia y frustración porque la medicina no pudo salvarlo.
Cuanto más aprendemos sobre las enfermedades a las que estamos expuestos, más probable es que encontremos remedios para todos los trastornos de la salud… quizás dentro de treinta años o más.
¿Cuáles son las enfermedades incurables más habituales? Los virus son los culpables, porque son muy difíciles de eliminar del organismo y muy resistentes a los medicamentos.
1 – Resfriado. Es la enfermedad más frecuente del mundo y hasta las personas saludables la padecen unas dos veces cada año. El resfriado se produce por diversos virus que impactan a las células de la nariz y la garganta.
2 – Gripe. Es otra de las enfermedades más comunes, provocada por un virus en las células de la nariz, la garganta y los pulmones. A veces es mortal y siempre con mayor riesgo para individuos inmunodeprimidos y los ancianos.
3 – Cáncer. Cada año se diagnostican 20 millones de casos de cáncer. La investigación en el campo de la oncología es una prioridad máxima y la búsqueda de un medicamento exitoso es el gran desafío de la ciencia en este siglo.
4 – Alzheimer. Más de 50 millones de personas en todo el mundo vive con Alzheimer, una enfermedad neurológica por la degeneración progresiva de las células cerebrales. Los medicamentos actuales asisten a los pacientes para mantenerse independientes por el mayor tiempo posible, porque ralentizan el desarrollo de la enfermedad.
5 – Diabetes. Es responsable de aproximadamente 2 millones de defunciones anuales debido al exceso de azúcar en la sangre, incluyendo enfermedades cardiovasculares, depresión, daños en los riñones, oídos y nervios. Las inyecciones de insulina y los medicamentos orales son la única alternativa para tratar los síntomas de esta enfermedad.