etapa temprana sí mostraron señales de un benefició.
“Un nuevo ensayo debería enfocarse en esos pacientes, y seguirlos más tiempo, al menos de dos a tres años”, apuntó Claassen, profesor asociado en el Centro Médico de la Universidad de Radboud, en los Países Bajos.
Los hallazgos amplían las evidencias sobre la conexión entre el corazón y el cerebro, según Rebecca Edelmayer, directora de implicación científica de la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association).
La investigación ha mostrado que algunos de los mismos factores de riesgo de la enfermedad cardiaca (como la hipertensión, la diabetes y la obesidad) también son factores de riesgo de la demencia. El año pasado, anotó Edelmayer, un importante ensayo encontró que un control estricto de la hipertensión reduce el riesgo de los adultos mayores de desarrollar deterioro cognitivo leve, un precursor de la demencia.
Pero se sabe poco sobre los efectos del control de la presión arterial en las