tienen niveles altos de ácido úrico en la sangre. El ácido puede provocar la formación de dolorosos cristales en las articulaciones.
En este estudio, los investigadores compararon a unos 62,000 pacientes con gota con un número equivalente de adultos sin gota. Encontraron que el aumento en el riesgo de coágulos sanguíneos se limitaba en gran medida a los pacientes con gota menores de 50 años.
“No observamos un riesgo mucho más alto en la población mayor”, añadió Sultan, miembro del centro de investigación en artritis de la Universidad de Keele, en Staffordshire, Inglaterra. Pero, anotó, como el riesgo de coágulos sanguíneos aumenta con la edad independientemente del estatus de la gota, “quizá esto haya confundido el efecto de la gota en la población de mayor edad”.
Sultan dijo que el riesgo de coágulos aumentó independientemente de que los pacientes más jóvenes tuvieran o no la gota bajo control mediante los medicamentos estándar para reducir el ácido úrico, como el alopurinol (Zyloprim). Esos medicamentos pueden reducir de forma dramática la incidencia de los dolorosos ataques de gota, al controlar las concentraciones anómalamente altas de ácido úrico.
Aun así, Sultan y otros expertos enfatizaron que el riesgo general de desarrollar un coágulo sanguíneo sigue siendo bajo para