Patzer y sus colaboradores informan sobre sus hallazgos en la edición del 11 de agosto de la revista Journal of the American Medical Association.
Más de 600,000 estadounidenses tienen actualmente enfermedad renal en etapa final, dijeron los autores del estudio. Para ellos, el primer paso para un trasplante de riñón con frecuencia es la remisión de un centro de diálisis a una evaluación en el centro de trasplantes más cercano.
Para ver qué tan bien funcionaba ese proceso en Georgia, los investigadores revisaron datos de más de 15,000 de esos pacientes, obtenidos del Sistema de Datos Renales de EE. UU.
Los pacientes tenían entre 18 y 69 años. Todos estaban en diálisis en algún momento entre 2005 y 2012. Se les trataba en uno de 308 centros de diálisis del estado.
Los centros de diálisis de Georgia están obligados a informar a los pacientes que el trasplante de riñón es una opción en un plazo de 60 días tras el inicio de la diálisis, explicaron los autores del estudio.
Pero el equipo de investigación encontró que solo alrededor del 24 por ciento de los pacientes, en promedio, se remitían a una evaluación para un trasplante de riñón en uno de los tres centros de trasplante de Georgia en un plazo de un año tras comenzar la diálisis.
Y casi el 5 por ciento de los centros de diálisis de Georgia no remitieron a ningún paciente de diálisis en su primer año a una consulta de trasplante, reveló el estudio.
Los centros con las tasas más bajas de remisión tendían a ser organizaciones sin fines de lucro, o a estar dentro de un hospital. También tendían a estar ubicados en vecindarios más pobres, y a tener unas poblaciones de pacientes más grandes en relación con el personal disponible, en particular trabajadores sociales.
Los pacientes que recibieron remisiones tardías (más de un año tras el inicio de la diálisis) eran más propensos a tener más edad, a ser blancos y a ser mujeres, encontró el estudio.
Una nota positiva, dijeron los investigadores, es que aunque apenas el 22 por ciento de esos pacientes recibieron unas remisiones adecuadas para el trasplante en 2005, esa cifra había aumentado a más del 34 por ciento en 2011.
Pero los autores del estudio advirtieron que obtener una imagen adecuada del acceso al trasplante en cada estado es un tema complejo. Explicaron que los factores de riesgo de no obtener una remisión puntual al trasplante no son necesariamente los mismos, en última instancia, que los que evitan que los pacientes entren a una lista de espera para un trasplante de riñón.