El nuevo estudio pudo observar cómo el riesgo de ataque cardiaco de las personas cambiaba en relación con el momento de una infección con la gripe.
El equipo de Kwong comenzó con casi 20,000 adultos de Ontario que habían contraído una gripe confirmada mediante pruebas de laboratorio. De ese grupo, 332 fueron hospitalizados por un ataque cardiaco en un plazo de un año.
En promedio, encontró el estudio, los pacientes tenían seis veces más probabilidades de sufrir su ataque cardiaco en la semana después de que se confirmara su infección con la gripe, en comparación con el año anterior, o el año posterior.
Los pacientes también se enfrentaban a un riesgo más alto poco después de contraer otras infecciones respiratorias, mostraron los hallazgos.
Según Kwong, es probable que los pacientes tuvieran infecciones graves, suficientemente malas como para ameritar una visita al médico y pruebas de laboratorio. Así que no está claro si unos casos más leves conllevarían el mismo riesgo, anotó.
El estudio tampoco puede decir cuál sería el riesgo absoluto de ataque cardiaco para ninguna persona en particular que contraiga la gripe, dijo Kwong.
Pero, añadió Miller, de las 20,000 personas con infecciones graves con la gripe, relativamente pocas tuvieron un ataque cardiaco a lo largo del año siguiente.
La vacuna contra la gripe es imperfecta. No garantiza que no haya infección, y funciona mejor en algunas temporadas de gripe que en otras. Pero Kwong apuntó que “incluso algo de protección es mejor que ninguna protección”.
Aun así, otras medidas (como lavarse las manos con regularidad) también son importantes. Y todos pueden ayudar, quedándose en casa cuando estén enfermos para no exponer a los demás a la infección, aconsejó Kwong.
Miller enfatizó que las personas con un riesgo de ataque cardiaco deben enfocarse en todos los factores de riesgo, durante la temporada de gripe y en todo momento.
“Aborde todos los factores de riesgo tradicionales que tenga: obesidad, hipertensión, colesterol alto”, planteó. “Recibir la vacuna contra la gripe es una intervención adicional”.
Los hallazgos aparecen en la edición del 25 de enero de la revista New England Journal of Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com