Menos de una tercera parte de los estadounidenses tienen actualmente un peso saludable, y el resto de la población tiene sobrepeso o es obesa, según un informe reciente.
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Alrededor del 35 por ciento de los hombres y el 37 por ciento de las mujeres son obesos. Además, el 40 por ciento de los hombres y el 30 por ciento de las mujeres tienen sobrepeso, señalaron los investigadores en la edición del 22 de junio de la revista JAMA Internal Medicine.
“La obesidad no está mejorando. Está empeorando, y es realmente aterrador. Esto no tiene un buen aspecto”, dijo Lin Yang, asociada postdoctoral de investigación en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en St. Louis.
La obesidad se ha vinculado con varias afecciones crónicas de salud, entre ellas la diabetes tipo 2, la enfermedad cardiaca, ciertos cánceres y la artritis, advirtió Yang.
“Esta generación de estadounidenses es la primera que tendrá una esperanza de vida más corta que la generación anterior, y la obesidad es uno de los factores contribuyentes más importantes a esta menor esperanza de vida, porque está fomentando muchas afecciones crónicas de salud”, comentó.
El nuevo informe usó datos de la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición, reunidos entre 2007 y 2012 sobre más de 15,000 hombres y mujeres a partir de los 25 años de edad.
Según los datos, los investigadores calculan que más de 36 millones de hombres y casi 29 millones de mujeres de EE. UU. tienen sobrepeso actualmente. Unos 32 millones de hombres y 36 millones de mujeres son obesos, encontraron los investigadores.
El sobrepeso se define como tener un índice de masa corporal (IMC) de entre 25 y 29.9, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. El IMC se calcula comparando el peso de una persona con su estatura.
Por ejemplo, un hombre de 5 pies y 9 pulgadas (1.74 metros) que pese 169 libras (casi 77 kilos) y una mujer de 5 pies y 4 pulgadas (1.60 metros) que pese 146 libras (unos 66 kilos) tendrían un IMC de 25 y se considerarían de peso normal, según los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU.
Los CDC definen la obesidad como un IMC de 30 o más. Un hombre de 5 pies y 9 pulgadas que pese 203 libras (92 kilos) o más se considera obeso, al igual que una mujer de 5 pies y 4 pulgadas que pese 175 libras (79 kilos) o más.
La mayoría de estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos hoy en día, en comparación con los datos de las encuestas federales reunidos entre 1988 y 1994, apuntó Yang.
En ese entonces, el 63 por ciento de los hombres y el 55 por ciento de las mujeres tenían sobrepeso o eran obesos, con un IMC de 25 o más. Hoy día, alrededor del 75 por ciento de los hombres y más o menos el 67 por ciento de las mujeres tienen sobrepeso o son obesos, según el estudio.
Las nuevas cifras sobre la obesidad no sorprendieron al Dr. Elliott Antman, presidente de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association).
“Concuerda con lo que ya sabíamos, y ofrece algunas cifras sobre la magnitud del problema”, dijo Antman sobre el nuevo estudio. “Identifica el problema, que es significativo”.
La obesidad se vincula con aumentos en la diabetes, la hipertensión y el colesterol elevado, “que convergen en un aumento en el riesgo de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular”, advirtió.
El problema del peso de EE. UU. no se resolverá mediante una solución solo médica, dijeron Yang y Antman. Los políticos y autoridades a nivel federal, estatal y local tendrán que intervenir con políticas que aumenten el número de calorías que las personas queman y que reduzcan la cantidad de alimentos malsanos que consumen.
Por ejemplo, las comunidades deben adoptar planes que faciliten que la gente se desplace a pie o en bicicleta, en lugar sentarse en el coche, planteó Yang.
“EE. UU. es un país que depende mucho del coche. Sabemos que conducir el coche es una conducta sedentaria importante”, dijo. “Caminar o montar bicicleta con más frecuencia aumentaría la actividad física de todo el país”.
Los legisladores deben también encontrar formas de mejorar la disponibilidad de comida saludable y barata, dijo Antman. Ahora mismo, las comidas procesadas y las comidas rápidas que son ricas en azúcar, sal y grasas malsanas tienden a ser más asequibles y a estar más disponibles en las comunidades estadounidenses que las opciones más saludables.
“Las comidas rápidas son menos caras, de forma que los individuos que intentan alimentar a una familia grande podrían tender a comprarlas en lugar de los alimentos frescos, que son más difíciles de comprar y más costosos, y por tanto menos atractivos desde el punto de vista económico”, comentó.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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