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El tétanos, la difteria y la tos ferina son vacunas que se les pone a los bebés y los niños pequeños, pero que a medida que envejecen, la protección puede desgastarse, por lo que es necesario volver a ponérselas cuando llegan a su edad pre-adolescente y adolescente.
Tétanos: es causado por una toxina hecha por una bacteria que entra a través de cortes, arañazos o heridas punzantes en la piel. Puede ser una infección muy peligrosa, ya que 1 de cada 5 personas que contraen tétanos mueren por la infección.
Difteria: Esto puede propagarse a través de la tos o los estornudos y puede crear un revestimiento grueso en la parte posterior de la nariz o la garganta, lo que hace que sea difícil respirar o tragar. Puede causar parálisis e insuficiencia cardíaca. 1 de cada 10 personas que mueren de difteria.
Tos ferina: Esta es otra enfermedad que se propaga al toser y estornudar. Puede causar una tos fuerte dificultando la respiración. Esta tos puede durar varias semanas y es muy importante vacunarse especialmente si tiene niños pequeños. La tos ferina puede ser mortal para los bebés, ya que son demasiado pequeños para obtener la protección de sus propias vacunas.
Hable con su médico si tienes un adolescente entre las edades de 11-18 años para asegurarte de que reciben estas vacunas que previenen dichas enfermedades. Además, no olvides que todos los miembros de tu familia, incluidos los adolescentes, necesitan una vacuna contra la gripe porque puede prevenir que se contagien, lo que también podría ser mortal en algunos casos. La mayoría de estas vacunas no tienen efectos secundarios, pero si tiene alguna pregunta, hable con su médico acerca de los riesgos.