Muchos adolecentes estadounidenses no reciben las vacunas recomendadas, y sus padres podrían tener parte de la culpa, sugiere un nuevo estudio.
La encuesta nacional de 614 padres con al menos un hijo adolescente encontró que más de un tercio no sabían cuándo tocaba la próxima vacuna de su hijo adolescente. Y la mitad pensaban de forma incorrecta que su médico se pondría en contacto con ellos para una cita en el momento adecuado.
“Cuando los niños son pequeños, los pediatras por lo general programan las visitas para que coincidan con el momento de las vacunas recomendadas”, apuntó Sarah Clark, codirectora de la Encuesta nacional sobre la salud de los niños del Hospital Pediátrico C.S. Mott, en la Universidad de Michigan.
“A medida que los niños crecen, las citas de rutina son menos frecuentes y los proveedores de salud quizá no traigan a colación las vacunas durante las breves visitas por enfermedad o lesión. Muchos adolescentes podrían estar perdiéndose vacunas importantes simplemente porque sus familias no son conscientes de que ha llegado el momento de ponérselas”, añadió en un comunicado de prensa de la universidad.