Poco a poco aprendió ejercicios de respiración y poses que la ayudaron a recuperar su estabilidad y comenzó a ejercer más presión sobre su tobillo y a sentirse más segura. Pronto volvió a ser ella misma, feliz y caminando sin cojear y, al poco tiempo, ni siquiera necesitaba su bastón. Sandoval sabía que el yoga la estaba ayudando a ser más fuerte, se sentía feliz y motivada para continuar y compartir sus experiencias con los demás.
Una de las mejores cosas sobre el yoga es que le enseña cómo concentrarse, cómo respirar, cómo hacer las posturas que benefician a diferentes partes de su cuerpo. “Empecé a practicar yoga durante un tiempo muy difícil y me ayudó a mejorar mi autoestima, me ayudó a recuperar mi independencia e incluso me hizo sentir apasionada por algo que he aprendido a amar”, dice. Sandoval ama el yoga porque no sólo la ha hecho más fuerte físicamente, sino que también le ha ayudado a perder peso, ganar músculo e incluso le ayuda a controlar su diabetes y la presión arterial.
Desde entonces, ha estado practicando yoga y cuándo ve a una persona mayor que tiene problemas al andar o cojeando, le recomienda que practique yoga. Incluso ha invitado a varios amigos y vecinos al club de yoga, donde ahora enseña a otras personas mayores a hacer yoga. “El yoga me ayudó a ser más fuerte cuando estaba débil y siempre invito a la gente a unirse a mí, porque es una excelente práctica, especialmente para los mayores”, dice Sandoval. Practica yoga los lunes, miércoles y viernes, pero recientemente comenzó un pequeño club de yoga en el parque los martes y jueves. “Las transformaciones que la gente experimenta cuándo practican yoga son increíbles, muchas personas de la tercera edad, que tenían problemas de pies o caminando, poco a poco y finalmente recuperar su fuerza”, explica Sandoval.
Muchos de ellos pasaban los días en casa, haciendo poco o ningún ejercicio y las clases de yoga les motivan a salir, conocer gente nueva y mantener sus mentes activas, lo que es muy bueno para su salud física y cerebral. “Veo a la gente a la que he invitado a hacer yoga conmigo y algunos no podían caminar, algunos nunca se sentaban en el piso porque tenían miedo de que no se pudieran volver a levantar. Ahora pueden y eso me hace feliz”, comenta. Sandoval dice que su familia se burla de ella porque siempre está hablando del yoga, pero no le importa porque ha ayudado a cambiar las vidas de muchas personas y esa es la mejor sensación en el mundo.