Cuando el icono de la música Prince murió en junio de una sobredosis del potente analgésico opiáceo fentanilo, su fallecimiento representó otro punto bajo en la continua epidemia de abuso de opiáceos en EE. UU.
Según los CDC, más de dos millones de estadounidenses son ahora adictos a esos medicamentos y drogas, que incluyen a Oxycontin, Vicodin y la heroína. Cada año, más de 14,000 personas mueren en Estados Unidos de sobredosis de opiáceos recetados, según la agencia.
Ni siquiera los niños más pequeños están seguros: las estadísticas de los CDC muestran un aumento cuádruple entre 1999 y 2013 de bebés nacidos con síntomas de abstinencia de los opiáceos.
En un esfuerzo por controlar la epidemia, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprobó en mayo un implante que busca ayudar a los adictos a abandonar el hábito. Y en octubre, la Administración de Control de Drogas de EE. UU. ordenó reducciones significativas en la producción de analgésicos opiáceos.
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Fue un año difícil para la Obamacare, a pesar del hecho de que unos 19 millones de estadounidenses cuentan ahora con una cobertura muy necesaria de seguro de salud bajo el controversial programa. A finales de octubre, llegaron noticias de que las primas aumentarían en un promedio de un 25 por ciento, al mismo tiempo que las opciones de planes para los consumidores disminuían.
Con la victoria presidencial de Donald Trump en noviembre, el futuro de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (Affordable Care Act) parece incierto. Pero una encuesta de HealthDay/Harris Poll realizada justo después de las elecciones encontró que el respaldo para derogar la ley está disminuyendo: actualmente, un 43 por ciento de los encuestados quieren que el programa se modifique pero que no se revoque, un aumento frente a un 30 por ciento antes de las elecciones.
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El año pasado, la popularidad de los cigarrillos electrónicos siguió en aumento, sobre todo entre los jóvenes. Un informe de los CDC emitido en julio encontró que un 3 por ciento de los estadounidenses “vapean” ahora de forma regular, y el uso más alto es entre las personas de 18 a 24 años de edad.
Pero, lejos de ser una alternativa “más saludable” a los cigarrillos tradicionales, los adolescentes que vapean de forma regular son más propensos a pasar a fumar tabaco de forma frecuente o empedernida, según un estudio publicado en noviembre.
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El shock por los precios de los medicamentos recetados también hizo temblar al público estadounidense en 2016.
Algunos ejemplos: unos medicamentos recién aprobados para la hepatitis C con un precio de mil dólares por pastilla; los fabricantes del dispositivo antialérgico de rescate EpiPen multiplicaron su precio por seis; y Turin Pharmaceuticals provocó indignación cuando aumentó el precio de un medicamento genérico contra las infecciones, el Daraprim, de 13.50 a más de 750 dólares por pastilla.
Muchos estadounidenses consideraron esas acciones como poco más que especulación de precios. Una encuesta de HealthDay/Harris Poll realizada en octubre encontró que un 81 por ciento de los encuestados dijeron que ahora estaban a favor de los controles o límites para los medicamentos y dispositivos médicos.