Una buena noticia para las personas mayores de EE. UU.: las tasas de demencia se han reducido de forma dramática más o menos en la última década, según un nuevo estudio.
Un análisis de las respuestas de un estudio con más de 10,000 personas de a partir de 65 años de edad encontró que la prevalencia de la demencia se redujo en un 24 por ciento entre 2000 y 2012.
Los motivos del declive no están claros, según los investigadores. Pero se destacan dos factores: los participantes de 2012 tenían más años de escolaridad que los de 2000, y las afecciones crónicas como la hipertensión y la diabetes se estaban controlando de forma más agresiva.
“El declive en el riesgo de demencia entre los adultos mayores que hallamos en nuestro estudio, y que han encontrado una creciente cantidad de estudios en todo el mundo, no significa que se hayan resuelto el Alzheimer y la demencia”, aclaró el investigador líder, el Dr. Kenneth Langa, profesor de medicina de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor.
“Pero nuestros resultados sí ofrecen ciertas esperanzas y optimismo de que podemos hacer cosas ahora para reducir el riesgo de demencia, de forma que el impacto futuro, aunque seguirá siendo muy grande, quizá no sean tan terrible como se anticipaba”, planteó.
La demencia, un trastorno de las funciones cerebrales caracterizado sobre todo por problemas en la memoria y cambios en la personalidad, sigue siendo una de las afecciones crónicas más costosas, con un inmenso impacto para los pacientes y las familias, añadió.
Y aunque los investigadores anotaron que la demencia afecta ahora a un estimado de 4 a 5 millones de adultos en Estados Unidos cada año, es probable que su impacto crezca en las próximas décadas a medida que la cantidad de adultos mayores aumente.
“Creemos que es probable que dos factores fueran importantes en esta tendencia a una mejor salud cerebral en Estados Unidos”, dijo Langa.
En primer lugar, hubo un aumento significativo en el logro educativo promedio, de unos 12 años de escolaridad en 2000 a unos 13 años en 2012.