Muchos hispanoparlantes de Estados Unidos reciben las indicaciones de las recetas de la farmacia tan mal traducidas que los medicamentos son un peligro potencial para su salud.
Los errores ocurren mayormente debido a deficiencias en los programas de computadora a los que la mayoría de farmacias recurren para traducir la información sobre los medicamentos de inglés a español, afirmó la líder de la investigación, la Dra. Iman Sharif, jefa de la división de pediatría general del Hospital Pediátrico Nemours/Alfred I. duPont en Wilmington, Delaware.
“Las tecnologías ahora disponibles para producir indicaciones en el idioma del paciente son inadecuadas”, lamentó Sharif.
La mitad de las etiquetas en español revisadas para el estudio contenían errores, y algunos de esos errores podrían resultar en situaciones que amenacen la vida sin son malentendidas por el paciente, advirtió Sharif.
De las farmacias de la ciudad de Nueva York encuestadas que proveen etiquetas en español, más de cuatro de cada cinco utilizaban un programa de computadora para traducir sus etiquetas de inglés a español. Casi todas las farmacias dijeron que había alguien que revisaba si las etiquetas contenían errores, pero los investigadores encontraron docenas de indicaciones mal traducidas.
Un problema común fue el “Spanglish”, señaló Sharif. Los programas producían una mezcla de inglés y español en las etiquetas, lo que creaba indicaciones confusas y difíciles de leer.
El uso de “Spanglish” también creaba algunas situaciones potencialmente peligrosas. Por ejemplo, la palabra “once” significa “una vez” en inglés. “Tal vez el que escriba la receta quiera decir ‘una vez’, pero el hispanoparlante puede leer el número en su idioma”, apuntó Sharif. Dicho error podría resultar en una sobredosis.
Otras frases que no se traducían con precisión incluían “un cuentagotas”, “aplicar de forma tópica”, “durante siete días”, “durante 30 días”, “aplicar en las áreas afectadas”, “con jugo” y “tomar con alimentos”.
Las faltas ortográficas también crearon errores. El uso incorrecto de la palabra “poca” en lugar de “boca” es un ejemplo claro. Unas instrucciones decían “dos besos”, cuando probablemente lo correcto era “dos veces”.
Entre las malas traducciones citadas específicamente en el estudio se encontraban:
- “Tome 1.2 al día dar gotero con jugo once al día”.
- “Tomar 0.6 mL 2 veces al día por un poco con jugo”.
- “Aplicar al área afectada dos veces el día indicado como”.
El Dr. David Flockhart, director de la división de farmacología clínica de la Facultad de medicina de la Universidad de Indiana en Indianápolis, dijo que no es sorprendente que ocurran estos errores generados por computadoras.
“Es probable que se pudiera obtener algo correcto palabra por palabra, pero no se puede captar el sentido completo delo que se está comunicando a través de un programa de computadoras”, aseguró Flockhart.
La cantidad misma de información que un farmaceuta debe proveer todos los días también dificulta que personas que no saben demasiado español detecten los errores. “Es un problema particular, porque el PDR [vademécum] es tan inmenso”, apuntó Flockhart. Para los farmaceutas que no hablan español, traducirlo es casi imposible. Hay demasiada información”.