Los monitores de actividad podrían estar de moda, pero no hay evidencias de que esos dispositivos aumenten los niveles de actividad lo suficiente como para mejorar la salud, incluso con las recompensas financieras, sugiere un estudio reciente.
Muchas empresas de EE. UU. han incorporado los dispositivos portátiles en sus programas de bienestar del empleado, aunque faltan evidencias rigurosas sobre su impacto a largo plazo en la salud.
“Nuestro estudio lo pone todo en duda. En realidad no encontramos evidencias de que los pasos aumenten a corto plazo, y no hay evidencias de que haya ningún efecto de salud a mediano plazo”, apuntó Finkelstein.
El equipo de investigación de Singapur responsable del nuevo estudio utilizó Fitbit Zip, un popular monitor de actividad física que se engancha y que se vende por unos 60 dólares en Estados Unidos.
En el estudio, de un año de duración, participaron 800 trabajadores a tiempo completo de 13 empresas de Singapur. Se pagó a los voluntarios 10 dólares de Singapur (poco más de 7 dólares estadounidenses) para inscribirse en el programa.
Los trabajadores se asignaron al azar a uno de cuatro grupos: un Fitbit, un Fitbit más recibir efectivo, un Fitbit más incentivos caritativos o un grupo de control.
Los incentivos se vincularon con el cumplimiento de metas de pasos semanales. Los participantes en los dos grupos de incentivos podían ganar unos 11 dólares estadounidenses por llegar a entre 50,000 y 70,000 pasos por semana, y duplicar la cantidad si superaban esa meta.