“Es la payasa de los hermanos”, dijo Kacie.
A Emma le gusta juguetear con su hermana Gabby, de seis años, y su hermano Eli, de un año. Disfruta bailar, cantar y disfrazarse de sus personajes favoritos de Disney.
“Hace todo lo que debe hacer una niña de su edad”, dijo Alejandro, de treinta y tres años de edad y maestro de matemática de escuela secundaria .
La familia apodó la cicatriz que tiene en el pecho: la cicatriz zíper.
En una entrevista por Skype desde su casa, Emma chillaba de risa al pasar las páginas de un álbum de fotos que le tomaron durante s;;us primeros días de vida.
“¿Qué es eso en mi cabeza?” le preguntó a su mamá.
Kacie y Alejandro no estaban seguros que Emma podría superar la operación y admiten que al principio, no quisieron apegarse mucho a la niña. Por varias semanas, no pudieron ni cargarla.
“Esos fueron unos momentos muy difíciles”, recordó Kacie.
La experiencia le enseñó a Alejandro a no preocuparse por lo que no podía controlar y a aceptar que él no podía ser el papá y esposo “quien compone todo”.
En una situación como esa, dijo, “lo más que puede hacer uno es apoyar a su familia”.
Emma está bien, pero la preocupación por su salud no está muy lejos de las mentes de la pareja. Hacen ejercicio y comen saludablemente para mantener sanos a sí mismos y a sus hijos.
La hermana mayor de Kacie, Kendall Eliason, siente un cariño especial por su sobrina, a quien apodó “Bebé Milagro”.”
“Es muy parecida a Kacie, llena de espíritu y un poco loca”, dijo Eliason. “Está siempre tan contenta, y es algo fabuloso verla desarrollar y convertirse en la niña que es”.
Alejandro documentó los primeros días de la vida de Emma y el mensaje que nos deja su vídeo lo dice todo: la aventura que es la vida de Emma continúa.
Artículo por American Heart Association News