“Los niños pequeños todavía están aprendiendo a controlar los esfínteres, y son más propensos a contaminar el agua. Es más probable que traguen agua. Ambas cosas pueden conducir a brotes de diarrea”, advirtió Beach.
Las notificaciones más comunes para las piscinas públicas fueron por un pH inadecuado (un 15 por ciento), la falta de equipamiento de seguridad apropiado (un 13 por ciento) y unos niveles inadecuados de desinfectante (un 12 por ciento).
Beach apuntó que “el pH es esencial porque determina la efectividad del desinfectante para matar a los gérmenes”.
La contaminación más común de las piscinas y jacuzzis públicos resulta de personas que nadan mientras sufren de diarrea, apuntó Beach.
“Alguien que tiene diarrea sufre una pérdida en la piscina, y tragar agua mientras se nada en la piscina es muy común”, comentó.
Los padres pueden mantener una piscina limpia revisando los pañales y sacando a los niños para que vayan al baño una vez cada hora. Los pañales se deben cambiar en un baño o en un área de cambio, no al lado de la piscina, recomiendan los CDC.
Los adultos no deben nadar mientras se recuperan de un brote de diarrea, y deben ducharse antes de entrar al agua.
Una cuarta parte de los brotes de diarrea en las piscinas tratados se asocian con bacterias como Shigella, Campylobacter y E. coli, que los desinfectantes de piscina deberían haber eliminado, apuntó Beach.
“Se trata de una muy mala operación de una piscina”, lamentó. “No tiene cloro. El pH está mal”.
Las otras tres cuartas partes de los brotes de diarrea en las piscinas se relacionan con la criptosporidiosis, una enfermedad provocada por un parásito que es “resistente o muy tolerante al cloro, así que evade la principal barrera que tenemos en las piscinas”, comentó Beach.
El Código Modelo de Salud Acuática nuevo de los CDC recomienda que las piscinas públicas instalen sistemas secundarios de desinfección para protegerse del parásito Cryptosporidium, comentó.
Las personas que acuden a la piscina también pueden sufrir irritaciones oculares y respiratorias debido a unos productos secundarios volátiles de la desinfección llamados cloraminas, que se forman cuando el cloro de la piscina interactúa con productos de desecho humanos, como el sudor o la orina. El suceso más grande de ese tipo ocurrió en Ohio en 2007, y afectó a al menos 665 personas, según el informe de los CDC.
El nuevo informe aparece en la edición del 20 de mayo de la revista de los CDC, Morbidity and Mortality Weekly Report.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com© Derechos de autor 2016, HealthDay