Es una cifra baja, pero dentro de Argentina, las áreas afectadas por el Junín se han ampliado, advirtió Enria. Y siempre existe el potencial de que el virus escape de su área de confinamiento, añadió Zeitlin. “Como hemos visto con el brote de ébola en África occidental y la epidemia en curso de Zika, es muy difícil predecir cuándo y dónde virus como estos se propagarán”, comentó. El Junín “no es un virus que me quite el sueño, pero sí estoy atento”.
El Junín también está en la lista del gobierno de EE. UU. de potenciales armas de bioterrorismo, junto con otros virus que provocan fiebre hemorrágica. Sus síntomas varían, pero la mayoría incluyen una fiebre alta, mareo y fatiga. Algunas personas desarrollan sangrado interno y complicaciones neurológicas, como delirio y convulsiones. Si no se trata, la infección con el Junín tiene una tasa de mortalidad del 20 al 30 por ciento, dijo el equipo de Zeitlin.
El fármaco experimental contra el Junín es similar al ZMapp, un anticuerpo monoclonal. Los anticuerpos son proteínas del sistema inmunitario que reconocen a los invasores foráneos. Los anticuerpos monoclonales son generados en el laboratorio, y están diseñados para dirigirse a un objetivo específico, como una célula cancerosa o un virus.
El anticuerpo monoclonal contra el Junín, llamado J199, se aisló de ratones expuestos a una proteína clave del Junín, que entonces se alteró genéticamente para hacerlo más parecido a un anticuerpo humano, apuntaron los investigadores. Cuando el equipo de Zeitlin lo evaluó en cobayas infectadas con el Junín, el anticuerpo previno la muerte en todos los animales cuando se inició en un plazo de seis días. Cuando se administró el día 7, el 92 por ciento sobrevivieron.
Un anticuerpo monoclonal capaz de luchar contra el Junín sería “muy bienvenido”, dijo el Dr. Amesh Adalja, vocero de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Disease Society of America).Adalja no participó en el estudio. Ahora, según Adalja, los anticuerpos monoclonales se usan sobre todo para tratar ciertos tipos de cáncer y determinadas enfermedades autoinmunes.
Pero los anticuerpos son un “método elegante” de tratar las infecciones graves, afirmó. “Con algo de suerte, veremos que se usan más en las enfermedades infecciosas”, añadió Adalja. La pregunta es si el J199 avanzará a las pruebas humanas en un futuro próximo.
“El desarrollo de medicamentos es muy costoso, y podía ser difícil avanzar el J199 mucho más”, lamentó Zeitlin. “Quizá tengamos que ‘parquear’ el J199, de forma que esté disponible para un avance rápido en caso de un brote del Junín a gran escala”.
Una mejor medida, dio Zeitlin, podría ser enfocarse en encontrar un anticuerpo de “amplio espectro” contra el Junín y otros virus de la misma familia, que también están en la lista de posibles armas de bioterrorismo del gobierno de EE. UU.
Los hallazgos aparecen en la edición del 4 de abril de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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