Además, los investigadores midieron la contaminación atmosférica particulada, o las partículas diminutas del aire. Este tipo de contaminación se asocia normalmente con las fuentes naturales, como la tierra y la sal marina, además de las actividades industriales y de construcción. Esas partículas minúsculas pueden llegar hasta la parte profunda de los pulmones, y quizá incluso ser lo suficientemente pequeñas como para entrar en el torrente sanguíneo, dijeron los investigadores.
Los investigadores también dieron seguimiento al estado de salud de 368,000 personas que vivían en las áreas del estudio. Las enfermedades pulmonares (como la bronquitis, el enfisema y la neumonía) eran las que más probabilidades tenían de asociarse con la contaminación atmosférica, al igual que la muerte por enfermedad cardiaca, reveló el estudio.
Los resultados del estudio mostraron que por cada unidad adicional de contaminación por metro cúbico de aire que las personas inhalaban en 1971, el riesgo de muerte entre 2002 y 2009 aumentó en un 2 por ciento.
Según la coautora del estudio, Rebecca Ghosh, “para ponerlo en contexto, un individuo que vivía en un área más contaminada en 1971 tenía un riesgo un 14 por ciento más alto de fallecer entre 2002 y 2009 que alguien que había vivido en un área menos contaminada”.
Una exposición más reciente a la contaminación atmosférica marcó una diferencia mayor con respecto a la salud, afirmaron los autores del estudio. Por cada unidad de contaminación adicional a las que las personas fueron expuestas en 2001, el riesgo de mortalidad entre 2002 y 2009 aumentó en un 24 por ciento, mostraron los hallazgos.
Hansell dijo que una exposición más reciente a la contaminación atmosférica fue más importante para la salud que una exposición más lejana. “Pero debemos hacer más investigaciones sobre el modo en que la contaminación atmosférica afecta a la salud de una persona a lo largo de toda su vida”, señaló.
Aun así, añadió Hansell, los efectos de la contaminación atmosférica en la salud son pequeños en comparación con otros factores de riesgo. El riesgo de una persona de fallecer de forma prematura depende mucho más de otros aspectos del estilo de vida, que incluyen fumar, los niveles de ejercicio, el peso y las afecciones médicas, como la hipertensión, explicó.
Los hallazgos se publicaron en la edición del 8 de febrero de la revista Thorax.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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