casa. En comparación con los residentes que tenían pocos árboles cerca, presentaban alrededor de un tercio menos de probabilidades de reportar síntomas de distrés en un cuestionario estándar.
También tenían un tercio menos de probabilidades de reducir las calificaciones de su salud general a “regular” o “mala”.
Por supuesto, vivir en áreas más verdes podría implicar una variedad de cosas que hagan que las personas sean más felices y sanas. Pero los investigadores intentaron tomar esas diferencias en cuenta, y sopesaron factores como los ingresos familiares, los niveles educativos y el estado civil.
Incluso entonces, los árboles seguían siendo importantes para el bienestar mental y físico.
¿A qué podría deberse? Wolf apuntó a varias posibilidades. Las calles y los parques con árboles quizá den a las personas más