investigadora principal, la Dra. Angelia Robles, pediatra de Novant Health Developmental-Behavioral Pediatrics en Charlotte, Carolina del Norte.
“El progenitor de verdad tenía la mayor influencia”, dijo Robles. “Los niños tenían seis veces más probabilidades de completar las tareas escolares y seis veces más probabilidades de que la escuela les importara” si podían compartir ideas o hablar sobre cosas importantes con uno de sus progenitores.
En su estudio, Robles y sus colaboradores analizaron datos extraídos de una encuesta federal de 2011-2012 de más de 65,000 niños y adolescentes de 6 a 17 años.
Encontraron que los eventos adversos en la niñez podían afectar seriamente el interés de un niño en la escuela, entre ellos la violencia doméstica o en el vecindario, las dificultades económicas, el abuso de sustancias o la enfermedad mental en casa, la muerte o encarcelación de un cuidador, y el divorcio o la separación de los padres.
Lo que es incluso peor es que el efecto negativo en el desempeño escolar aumenta con cada evento adverso adicional. Los niños con cuatro o más eventos adversos en sus vidas tenían casi tres veces más