caracterizada por la alta presión sanguínea y proteína en la orina, la cual también puede dañar la placenta, los riñones, el hígado y el cerebro de la madre.
“Si ya es diabética cuando se embaraza, tiene riesgos mayores de tener complicaciones”, agregó. “Y las cosas se van acumulando. Si es diabética, y además fuma y tiene la presión sanguínea alta, cada uno de esos elementos hace que el corazón deba esforzarse más para bombear sangre adicional por el sistema circulatorio”.
De acuerdo con el Colegio Americano de Obstetría y Ginecólogos (ACOG por sus siglas en inglés), las enfermedades cardiovasculares son actualmente la causa principal de muertes maternas durante embarazos y el periodo de postparto, representando un 26% de los fallecimientos relacionados con embarazos. Las mujeres de color y las de bajos ingresos tienen las tasas de mortandad más altas.
En mayo, el ACOG emitió pautas para médicos sobre cómo detectar, diagnosticar y controlar las enfermedades del corazón, desde antes del embarazo hasta el periodo de postparto, enfatizando la necesidad de evaluar a las mujeres acerca de estas enfermedades antes de que se embaracen.
Eso no significa que una mujer con riesgos cardiovasculares no debe embarazarse, dijo la Dra. Melinda Davis, profesora asistente de medicina cardiovascular y