mejoró, y las presiones sistólica y diastólica disminuyeron en 5.21 mmHg y 4.98 mmHg, respectivamente.
Los beneficios también alcanzan a personas con enfermedades cardíacas. De acuerdo con un estudio publicado en 2016 en el European Journal of Cardiovascular Nursing, en pacientes con fibrilación atrial paroxismal con síntomas de frecuencia irregular, el practicar doce semanas de yoga combinada con ejercicios de respiración profunda tuvo resultados tales como ritmo cardíaco menor, presión sanguínea más baja y mejores calificaciones en cuanto a salud mental, comparados con personas que no practicaron yoga.
Mehta agregó que, aunque estos y otros estudios científicos muestran resultados prometedores, todavía existen ciertos límites tales como las cantidades reducidas de participantes. Asimismo, debido a que el yoga abarca una variedad de elementos aún no se cuenta con una dosis estándar de yoga, lo cual dificulta las comparaciones entre los estudios, indicó.
Ambas doctoras dijeron que se requieren investigaciones adicionales que incluyan ensayos clínicos aleatorios y un mejor entendimiento acerca de los mecanismos exactos del yoga que produzcan beneficios cardiovasculares.
“Necesitamos entender mejor quién se beneficiaría más del yoga y en qué forma”, mencionó Yeh. “Debido a que el yoga es muy heterogéneo y tiene estilos y