bebían agua cada día (aunque no se especificaron las cantidades), y cuántas bebidas endulzadas con azúcar consumían de forma rutinaria.
Esas bebidas incluían los refrescos que no eran de dieta, los jugos de fruta endulzados, las bebidas deportivas, las bebidas energéticas y/o las bebidas ya endulzadas de té y café. (Se excluyeron los refrescos sin calorías, el jugo de fruta 100 por ciento, y/o el café y el té sin endulzar).
Entre la quinta parte que no bebía nada de agua diariamente, las calorías por bebidas azucaradas totalizaron 200, en promedio, en comparación con 100 al día entre los que bebían agua.
Pero los hábitos de consumo de bebidas endulzadas variaron en cierta medida según la raza. Por ejemplo, se encontró que los blancos que no bebían agua consumían más calorías adicionales de bebidas endulzadas que los hispanos que no bebían agua: 123 calorías adicionales al día frente a 61 calorías adicionales al día.
De cualquier forma, ¿esas cantidades relativamente bajas de calorías realmente importan? Si, afirman los