la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de EE. UU. entre 2003 y 2016.
Durante ese tiempo, los que reportaron que bebían una bebida energética en un día típico aumentaron de un 0.2 a un 1.4 por ciento entre los adolescentes, de un 0.5 a un 5.5 por ciento entre los adultos jóvenes, y de un 0 a un 1.2 por ciento entre los adultos de mediana edad.
A lo largo del periodo del estudio, los usuarios de bebidas energéticas tenían una ingesta total de cafeína significativamente más alta que los que no consumían esas bebidas: de 227 frente a 52 miligramos (mg) entre los adolescentes, respectivamente; de 279 frente a 135 mg entre los adultos jóvenes, respectivamente; y de 349 frente a 219 mg entre los adultos de mediana edad, respectivamente.
Los hallazgos sugieren que el uso diario de bebidas energéticas entre los adolescentes y los adultos de mediana edad podría estar nivelándose, y que el uso general en los tres grupos es relativamente limitado. Pero el uso entre los adultos jóvenes sigue en aumento, señalaron los investigadores.
Los hallazgos aparecen en la edición del 29 de abril de la