Afortunadamente, pudo obtener la ayuda que necesitaba y utilizó su experiencia personal para ayudar a crear conciencia sobre la enfermedad e incluso ofrecer apoyo a quienes más lo necesitan. Durante los últimos 19 años, ha sido una defensora y educadora sobre el VIH, incluso tiene a @MariaHIV como el segundo grupo de apoyo en línea más grande del mundo en Facebook, tanto en inglés como en español. Es asesora de productos farmacéuticos de Janssen para campañas en redes sociales, embajadora de CDC, examinadora de VIH, autora, bloguera, YouTuber, consejera, educadora, oradora motivacional y embajadora global de una organización de mujeres llamada The Well Project. Empezó a usar las redes sociales como una herramienta para compartir no solo su historia y ayudar a los demás, sino que rápidamente se dio cuenta de que podía llegar a las masas a nivel mundial y ayudar a otras que recientemente habían sido diagnosticadas con VIH.
En la comunidad latina, hay una regla de no preguntar, no contar y nuestra comunidad no quiere hablar sobre sexo con nuestros hijos. Todavía no se habla sobre sexo en el hogar o en las escuelas y la palabra “condón” es tabú en las escuelas, aunque las edades de las 50,000 nuevas infecciones varían entre los 13 y los 26 años. “Los afroamericanos y los latinos son los más afectados por el VIH/SIDA. Sé que muchas personas morirán porque el estigma les impedirá buscar el tratamiento que necesitan. Es importante que la comunidad latina se eduque y se detenga falta de conocimiento que alimenta este estigma”.
“Estoy aquí para mostrar mi rostro con dignidad y respeto. Estoy humanizando la condición participando en cosas como The Well Project y la campaña de conciencia pública de amfAR Epic Voices y dando ejemplo de un testimonio de cómo las personas con VIH pueden sobrevivir 29 años como yo”. AMfAR, The Foundation for AIDS Research, se asoció con Mejía para compartir su historia inspiradora y concienciar sobre la enfermedad y los recursos disponibles para las personas con VIH.
“Aprendo mucho de cada individuo que encuentro y tengo la bendición de que todos estamos tratando de abrir nuestras mentes para hacer de este mundo un lugar mejor”. Hace casi 20 años que trabaja en el ámbito comunitario y está muy emocionada de trabajar con amfAR porque eso significa que su mensaje llegará a más personas. “He estado esperando la cura muchos años. Tengo la esperanza de que todos seremos libres algún día”, afirma.