Por ahora, dijo Li, el mensaje es que los médicos y los consumidores sean conscientes del vínculo.
Los investigadores también sospechan que hay distintas razones biológicas por las que el vino blanco y el licor parecen aumentar el desarrollo de la rosácea y por las que el vino tinto parece exacerbar la afección. Pero todavía no saben cuáles son las diferencias, reconocieron los autores del estudio.
La Dra. Carolyn Goh, dermatóloga en el Centro Médico de la UCLA, afirmó que los hallazgos amplían el conocimiento sobre la rosácea.
“Es interesante que encontraran una diferencia entre distintos tipos de alcohol”, dijo.
Una de las fortalezas de esta investigación es la gran cantidad de mujeres del estudio, dijo Goh.
Por el momento, dijo, se sabe que beber alcohol puede hacer que la rosácea se exacerbe en las personas ya diagnosticadas. “En el pasado, las personas pensaban que el vino tinto podría provocar un mayor enrojecimiento que el vino blanco”, dijo.
Además del alcohol, otros desencadenantes habituales en los que ya tienen rosácea incluyen la luz del sol, la cafeína, los alimentos calientes y picantes, dijo Goh. Las personas con la afección reportan distintos desencadenantes, dijo, así que esa lista quizá no aplique a todos los pacientes.
Los tratamientos incluyen cremas y ungüentos tópicos, señaló Goh. El tratamiento con láser puede ayudar con los vasos sanguíneos que siguen visibles después de los periodos de enrojecimiento. Para los pacientes que tienen espinillas asociadas con la rosácea, los antibióticos orales pueden ser de ayuda, dijo.
El estudio apareció en línea el 20 de abril en la revista Journal of the American Academy of Dermatology.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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