La enfermedad arterial periférica (EAP) se desarrolla cuando la enfermedad cardiaca afecta a piernas y pies. Esta afección impacta a más de 8.5 millones de personas en Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Cuando la sangre no puede llegar a las extremidades, los pies podrían desarrollar heridas que no sanan. Algunas personas con EAP podrían necesitar una amputación.
Las personas que desarrollan dolor al caminar deben hablar con el médico y hacerse una prueba no invasiva que mide la presión arterial en los tobillos, aconsejó la sociedad. El tratamiento puede ayudar a prevenir unas complicaciones graves.
El endurecimiento de las arterias se puede gestionar, según AbuRahma.
“Recomendamos que todo el mundo tome unas cuantas medidas sensatas de salud para mantener sus venas y arterias sanas”, planteó en un comunicado de prensa de la sociedad. “En primer lugar, conozca sus ‘cifras’, en otras palabras, gestione su presión arterial, azúcar en la sangre y colesterol. No fume y haga actividad física de forma regular. También intente reducir su nivel de estrés”.
Las personas con enfermedad vascular deben ser atendidas por un especialista y cumplir su plan de tratamiento durante el resto de sus vidas, sugirió AbuRahma.
“Los especialistas vasculares están entrenados para restaurar el flujo sanguíneo, pero la mayoría de nuestros pacientes a largo plazo nunca necesitan nada aparte de medicamentos y unos buenos hábitos de salud”, aseveró.
“Pero si los tratamientos no invasivos ya no funcionan, podemos instalar unos balones o dilatadores mínimamente invasivos para desbloquear los vasos sanguíneos, o realizar procedimientos abiertos, en los que creamos derivaciones alrededor de una arteria bloqueada”, explicó AbuRahma.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com