Tener una tos que no desaparece es algo que la mayoría hemos experimentado en algún momento u otro. Nancy Vandespool se vio afectada con una tos horrible, sin embargo, a ella le duró aproximadamente 3 años. No fue hasta que tuvo fuertes dolores de espalda y comenzó a toser sangre, que se decidió por ir al hospital. Allí, no solo le diagnosticaron cálculos renales, sino también cáncer de pulmón de células no pequeñas (o cáncer de pulmón no microcítico).
El diagnóstico de cáncer dejó en estado de choque a Vandespool. Ella estaba al final de sus años 30 cuando le diagnosticaron la enfermedad y se preguntó: “¿Por qué a mi, si ni siquiera fumo?”. Su dolor de espalda estaba ligado a las piedras en el riñón, pero no la tos con sangre, por lo que su médico realizó pruebas adicionales y descubrió el escalofriante diagnóstico.
“Me quede impactada, tanto que incluso llamé mentiroso al doctor porque no podía creerlo. No he fumado nunca y siempre había relacionado el cáncer de pulmón con el tabaquismo”, explica Vandespool. Incluso pensó que tal vez el médico había agarrado el expediente clínico de otro paciente, que por desgracia no fue el caso.
Según la American Lung Association (Asociación Americana del Pulmón), hay dos tipos principales de cáncer de pulmón: el de células pequeñas y el cáncer de pulmón de células no pequeñas.
Cáncer pulmonar de células pequeñas (SCLC): Este cáncer es llamado así por la clase de células que tiene y su aspecto bajo un microscopio. El cáncer pulmonar de células pequeñas es asociado, mayoritariamente, con el consumo de cigarrillos.