En los pacientes con un cáncer de pulmón avanzado, el yoga parece ayudar a mejorar la función física, el vigor y la salud mental en general.
Y también parece estimular a sus cuidadores.
Los hallazgos provienen de un pequeño estudio con 26 pacientes y cuidadores. Los participantes del estudio, la mayoría de los cuales tenían entre 60 y 69 años de edad, participaron en un promedio de 12 sesiones de yoga. Se centraron en los ejercicios de respiración, las posturas físicas y la meditación.
“Nunca es demasiado tarde para hacer ejercicio, y sabemos por estudios anteriores que las personas pueden hacer ejercicio mientras son tratadas con quimioterapia o radiación”, aseguró la autora líder del estudio, Kathrin Milbury.
“Los cuidadores a veces tienen más ansiedad y problemas para dormir que los pacientes. Por tanto, pensamos que ofrecer clases de yoga al paciente y al cuidador juntos sería beneficioso para ambos”, explicó.
Milbury es profesora asistente en el departamento de cuidados paliativos y medicina de rehabilitación del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, en Houston.
Los investigadores eligieron el yoga porque es un ejercicio con un impacto bajo que permite la participación en pareja. También se modifica con facilidad para satisfacer las necesidades de los pacientes individuales.