Cada día, casi 84 millones de estadounidenses privados de sueño salen a la carretera. Y conducir con somnolencia fue un factor en accidentes que acabaron con 5,000 vidas el año pasado, muestra un informe reciente.
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En 2015, las muertes por el tráfico aumentaron en casi un 8 por ciento en Estados Unidos. Se estima que la conducción con somnolencia provoca hasta un 20 por ciento de todas las muertes en la carretera, pero no se sabe del todo qué tan extenso es el problema, según los expertos.
La amenaza que plantean los conductores cansados hizo que la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Autopistas (NHTSA) de EE. UU. ampliara su definición de conducción en malas condiciones para incluir no solo la conducción bajo la influencia del alcohol, las drogas y las distracciones, sino también la conducción con somnolencia.
El costo anual para la sociedad de los accidentes relacionados con la fatiga que provocan lesiones o muertes es de 109 mil millones de dólares, sin incluir el daño a la propiedad, según el informe de la Asociación de Seguridad Vial de los Gobernadores (Governors Highway Safety Association, GHSA).
Pero tanto medir como combatir la conducción con somnolencia plantea desafíos, apuntó en un comunicado de prensa de la GHSA Jonathan Adkins, director ejecutivo de la asociación.
“Las autoridades policiales carecen de protocolos y entrenamiento para ayudar a los agentes a reconocer la conducción con somnolencia en la carretera. Y si ocurre un accidente, el conductor somnoliento quizá no reporte la causa debido a la preocupación sobre las sanciones monetarias y de otros tipos”, señaló.
