Las personas en realidad están usando la marihuana medicinal como un tratamiento para sus problemas de salud, no simplemente como una excusa para intoxicarse, sugiere un estudio reciente.
Los estados que promulgan leyes sobre la marihuana medicinal tienden a experimentar un declive significativo en las recetas para enfermedades que podrían tratarse con cannabis, señaló el investigador principal del estudio, W. David Bradford, presidente de políticas públicas del Departamento de Administración y Políticas Públicas de la Universidad de Georgia.
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Al mismo tiempo, no ha habido un declive en las recetas de fármacos que tratan afecciones a las cuales la marihuana no ayudaría mucho o en nada, dijo Bradford.
“Hubo una migración sustancial del uso de medicamentos [aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU.] cuando los estados activaron sus leyes sobre la marihuana”, apuntó Bradford.
Lo más frecuente es que los pacientes usen la marihuana medicinal para tratar el dolor, provocando una gran reducción en las dosis diarias promedio de analgésicos recetados, reportaron los investigadores.
Dado este hecho, la marihuana medicinal podría tener un rol en la reducción de las muertes por sobredosis provocadas por los opiáceos recetados, como la oxicodona (Oxycontin), la hidrocodona (Vicodin), la morfina y la codeína, planteó Bradford.
“Si nunca se comienza a usar un opiáceo, no se comienza el camino hacia el mal uso de los opiáceos, el abuso de los opiáceos y la muerte”, enfatizó.
En el estudio, los investigadores analizaron datos de la Parte D de Medicare, un programa federal que ofrece a las personas mayores cobertura para los medicamentos recetados. El estudio incluyó a todas las recetas surtidas por inscritos en la parte D de Medicare entre 2010 y 2013.
Los investigadores compararon los estados que habían legalizado a la marihuana con los que no, para ver si la disponibilidad de marihuana para los pacientes planteaba alguna diferencia en las tendencias de recetas de medicamentos.
El equipo de investigación observó en específico nueve afecciones en que la marihuana se podría considerar un sustituto para medicamentos aprobados por la FDA: la ansiedad, la depresión, el glaucoma, las náuseas, el dolor, la psicosis, las convulsiones, los trastornos del sueño y la espasticidad.
El dolor es la afección sobre la que hay la evidencia médica más firme respecto al uso de la marihuana, dijeron los investigadores. Consecuentemente, encontraron que la marihuana legal tenía el mayor efecto sobre los analgésicos recetados.
Se recetaron 1,826 dosis diarias de analgésicos menos por año, en promedio, en los estados con leyes sobre la marihuana medicinal, en comparación con los estados donde la marihuana es ilegal, mostraron los hallazgos.
Eso es una reducción tres o cuatro veces más alta que las observadas en las recetas para otras afecciones tratables con la marihuana, como la ansiedad, la depresión, las náuseas, la psicosis, las convulsiones y los trastornos del sueño, dijo Bradford. Las reducciones en esas afecciones fueron significativas, pero fueron en promedio de entre 265 y 562 dosis diarias al año.