El Dr. Walter Orenstein es director asociado del Centro de Vacunas Emory de la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, en Atlanta. Aseguró que “debemos fomentar el desarrollo en riesgo de al menos algunas dosis, de forma que si la vacuna funciona, estemos listos para usarla de inmediato en lugar de esperar durante un periodo de producción antes de que tengamos la vacuna disponible”.
La Autoridad de Investigación y Desarrollo Biomédicos Avanzados, una institución federal, ha invertido 483 millones de dólares para ampliar la producción del candidato de vacuna de Moderna en ensayos humanos, y 456 millones de dólares más en una vacuna de Johnson & Johnson que todavía se está evaluando en el laboratorio, según el sitio de noticias Quartz.
Poland dijo que “están intentando fabricar vacunas que no saben si funcionarán, pero las están produciendo. Si se equivocan, las tirarán”.
Incluso aunque no se empleen estrategias riesgosas como los ensayos de desafío o las vacunas de emergencias, la velocidad a la que se están realizando los ensayos actuales de la COVID-19 requerirá de muchos estudios de seguimiento para validar la seguridad de cualquier vacuna que al final llegue al público, enfatizó Orenstein.
“La mayoría de los ensayos tendrán miles [de participantes] en el mejor de los casos”, comentó Orenstein. “Habrá una necesidad de un sistema que monitorice la seguridad después de que la vacuna sea usada en poblaciones mucho más grandes, para buscar eventos adversos raros”.