Tradicionalmente, la afección resultaría de estar expuesto al frío durante mucho tiempo o de tener un problema reumatológico, apuntó.
“Con la COVID-19, lo veo en muchas personas jóvenes y sanas. Nos queda mucho por aprender”, apuntó Madan.
Muchos pacientes han sido asintomáticos aparte de los dedos de los pies, y han tenido resultados negativos en un cultivo viral, pero un positivo en la prueba de anticuerpos, comentó Madan.
“Esto me ha llevado a creer que podría ocurrir en las etapas de convalecencia de la enfermedad, lo que significa que el cuerpo ha eliminado al virus. Seguimos trabajando en las mejores directrices para ofrecer a los pacientes”, dijo.
Dos informes recientes detallan casos de COVID-19, y muestran que las manos y los dedos de los pies no son los únicos lugares donde aparecen sarpullidos.
En uno, los investigadores describieron a un paciente en Wuhan, China, con COVID-19 que desarrolló un sarpullido en el torso. Los investigadores creen que el sarpullido fue provocado por una respuesta inmunitaria al virus, y el paciente tuvo un resultado positivo del virus de Epstein-Barr, que se ha vinculado con la COVID-19. El sarpullido desapareció en una semana, pero el paciente falleció de COVID-19.