una planta”, dijo.
También es posible que las personas que se implican en actividades mentales tengan otras buenas conductas, como hacer ejercicio y consumir una dieta saludable, lo que beneficia a la salud del cerebro, señaló Geda.
La autora principal del estudio, Jarina Krell-Roesch, investigadora en la Clínica Mayo, advirtió que este estudio no puede probar que la actividad mental mantenga al deterioro cognitivo leve a raya.
“Nuestro estudio fue observacional, así que solo podemos decir que hay una asociación entre las actividades mentales y el riesgo de deterioro cognitivo leve”, explicó.
Pero Geda añadió que la buena noticia es que incluso las personas de