El periodo “normal” de sueño de cuatro días se siguió con una prueba de tolerancia a la glucosa, para ver el riesgo usual de diabetes de los jóvenes.
Entonces, se asignó al mismo grupo a un horario de privación del sueño controlado en el laboratorio. Cada voluntario solo pudo dormir 4.5 horas por noche (entre la 1 a.m. y las 5:30 a.m.) durante cuatro noches consecutivas. Tras las cuatro noches, se sometieron a otra prueba de tolerancia a la glucosa. En promedio, los hombres durmieron 4.3 horas por noche, dijeron los investigadores.
Después de ese periodo, los hombres recibieron dos días de “recuperación” del sueño. Se les permitió dormir hasta 12 horas en el primer día de recuperación (de las 10 p.m. a las 10 a.m.) y hasta 10 horas de sueño en el segundo día de recuperación (de las 10 p.m. a las 8 a.m.). Después de ese horario de sueño se hicieron una prueba de glucosa (azúcar en sangre). En promedio, los hombres durmieron 9.7 horas por noche.
El estudio mostró que los hombres experimentaron una reducción del 23 por ciento en la sensibilidad a la insulina, en comparación con los niveles normales, tras cuatro días de dormir poco. De forma similar, una medida clave del riesgo de diabetes llamada “índice de disposición” (que se basa en la interacción entre la sensibilidad a la insulina y la respuesta aguda de insulina al azúcar en sangre) también se redujo en un 16 por ciento tras la restricción del sueño.
Pero las pruebas tras dos días de recuperación del sueño mostraron que tanto los niveles de sensibilidad a la insulina como el índice de disposición repuntaron completamente después de recuperar el sueño, apuntaron los investigadores.
Los investigadores concluyeron que la recuperación del sueño podría revertir el impacto negativo a corto plazo de la pérdida de sueño sobre el riesgo de diabetes, al menos en hombres jóvenes por lo demás sanos.
“En realidad no se sabe si un prediabético o una persona con sobrepeso se recuperaría”, advirtió Broussard. “Y aunque plantearía la hipótesis de que las mujeres (que también sufren deterioro cuando se ven privadas de sueño) también mejorarían, podría haber una diferencia en su grado de mejora. Este estudio plantea muchas más preguntas de las que contestamos”.
Frank Scheer, profesor asociado de medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y neurocientífico del Hospital Brigham and Women’s, en Boston, se hizo eco de ese punto.
“Este es uno de los primeros estudios bien controlados sobre los efectos de la recuperación del sueño en la regulación del control de la glucosa, usando un diseño relevante de restricción y recuperación del sueño durante la semana y el fin de semana”, comentó.
Pero añadió que “se necesitan estudios de seguimiento para evaluar si la recuperación del sueño en el fin de semana es igual de efectiva cuando el horario de sueño restringido durante la semana ocurre de forma repetida, semana tras semana, como nos pasa a muchos”.
Además, dijo Scheer, el estudio se hizo con gente sana, así que será importante ver si los resultados son similares en personas con prediabetes o diabetes tipo 2, o en personas con trastornos crónicos del sueño.
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Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com
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