deportes y el ejercicio recreativo.
Entre los que eran inactivos al inicio del estudio y gradualmente cumplieron con las directrices mínimas sobre la actividad física a lo largo de cinco años, hubo un riesgo un 24 por ciento más bajo de muerte por cualquier causa, un riesgo un 29 por ciento más bajo de muerte por enfermedad cardiaca y un riesgo un 11 por ciento más bajo de muerte por cáncer.
Los resultados fueron similares en las personas con y sin antecedentes de enfermedad cardiaca y cáncer.
El estudio también encontró que, en comparación con las personas que siguieron siendo inactivas, las personas que habían sido inactivas que aumentaron sus niveles de actividad física tenían un riesgo más bajo de muerte por todas las causas.
Pero los mayores beneficios se observaron entre los que ya tenían unos niveles altos de actividad física y