Las investigaciones ofrecen una lista muy larga de los beneficios del ejercicio, desde mejorar la salud en general hasta aliviar el estrés y fomentar el bienestar mental. Pero un histórico estudio publicado en la revista Circulation resalta un problema negativo, pero específico.
Aunque se sabe que factores de la salud como la obesidad y la diabetes son desencadenantes de los ataques cardiacos, los datos de 12,500 personas en 52 países apuntaron a otros dos factores de riesgo que se deben tener en cuenta: hacer ejercicio hasta un nivel muy alto de agotamiento físico, y la ira o el distrés emocional.
Cualquiera de las dos cosas puede duplicar el riesgo de un ataque cardiaco. Cuando se combinan, son incluso más peligrosos, y triplican el riesgo. Aunque quizá cuando esté enojado podría dar una vuelta a la manzana para calmarse, no es el momento para levantar una pesa de 300 libras en el gimnasio.
¿Significa eso que nunca debería esforzarse con un ejercicio agotador? No necesariamente. Para que un desencadenante externo como el ejercicio provoque un