Más de un 8 por ciento tenían una retinopatía diabética tan grave que ponía en peligro su vista, encontraron los investigadores.
“En comparación con las personas sin retinopatía diabética, los que tenían retinopatía diabética eran, en promedio, más viejos, y tenían una HbA1c [una medida del azúcar en la sangre a lo largo de dos o tres meses] más alta, una presión arterial más alta, una diabetes de más duración, y recibían tratamiento con insulina”, escribieron los autores del estudio.
Un aumento del 1 por ciento en la HbA1c condujo a un riesgo un 50 por ciento más alto de desarrollar la afección ocular diabética, encontraron los investigadores. Además, cada cinco años de vida con la diabetes se aumentaba el riesgo en un 40 por ciento.
El impacto de la presión arterial es más bajo, dijeron los investigadores: solo un aumento del 3 por ciento en el riesgo de retinopatía diabética por cada aumento de 10 mm Hg en la presión sistólica (la cifra superior en una lectura de la presión arterial).
Pero las personas que toman insulina para gestionar el azúcar en la sangre tenían unas probabilidades 13 veces más altas de desarrollar la afección ocular diabética, mostraron los hallazgos.
“En general, la prevalencia de la retinopatía diabética fue más alta que en un estudio anterior del NHANES tras tener en cuenta la edad, el sexo, la raza/etnia, la presión arterial media y la HbA1c, mientras que la prevalencia de una retinopatía diabética que pusiera a la vista en peligro siguió mayormente sin cambios a lo largo del tiempo”, reportaron los investigadores.
Bernstein dijo que ser consciente de la enfermedad renal y la retinopatía diabética puede ayudar a la gente a permanecer sana durante un largo tiempo.
La enfermedad renal temprana se puede diagnosticar mediante una sencilla prueba de orina. Además, un examen ocular puede encontrar las señales tempranas de retinopatía diabética, afirmó.
“Hay que hacerse exámenes con regularidad, sobre todo las personas en riesgo y las que tienen un azúcar en sangre anómalo, incluso en el rango de la prediabetes. Hay que hacerles pruebas regulares de la enfermedad renal y la retinopatía diabética”, planteó Bernstein.
“Cuando se invierte en tratar los problemas de ojo y riñón, existe la oportunidad de proteger a ese paciente durante muchos años; da al tejido la oportunidad de sanarse”, añadió.
El estudio se presentó el martes en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (European Association for the Study of Diabetes), en Lisboa, Portugal. Los hallazgos presentados en reuniones generalmente se consideran preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com