Según el Instituto Nacional del Ojo, la DR es un problema derivado de la diabetes del azúcar crónicamente alto en la sangre en la que los delicados vasos sanguíneos del revestimiento del interior del ojo (retina) se dañan y empiezan a filtrar y distorsionar la visión. En la etapa más avanzada de DR, crecen nuevos vasos sanguíneos anormales, dañan la retina y provocan cicatrices permanentes y deterioran de la visión o causan ceguera.
“Por desgracia, la retinopatía diabética por lo general no tiene ningún síntoma en las primeras etapas”, dice Janet Leasher, O.D., M.P.H., coautora del informe y profesora en NSU College of Optometry. “Las personas diagnosticadas con diabetes deben realizarse un examen visual al menos una vez al año y asesorarse por su médico sobre la vista para saber su situación personal. Los pacientes deben trabajar en estrecha colaboración con su proveedor de atención médica para determinar los mejores métodos para controlar sus niveles de azúcar en sangre”.
En personas mayores de 50 años, el mayor aumento en la prevalencia de ceguera causada por DR se produjo en el sur de África subsahariana, el sur de América Latina y el África subsahariana central. Las regiones con el mayor incremento en la prevalencia de la discapacidad visual causada por DR en este grupo de edad vivieron en América Latina Central, Sur y Tropical.