Cualquiera que se haya roto un hueso en su cuerpo sabe lo difícil y estresante que puede ser esta experiencia, especialmente si es un pie o un tobillo que le impide caminar. Sabina Sandoval se rompió el tobillo en el 2007 y pasó la mayor parte del invierno con un yeso en el pie y apenas caminando, con muletas. El yoga le ayudó a recuperar su fuerza y le creó una pasión por el yoga que la ha ayudado a cambiar la vida de muchos. Vio un folleto para una clase de yoga en un centro comunitario cercano y desde que su fisioterapeuta le recomendó practicar yoga para recuperar la fuerza en su tobillo, decidió darle una oportunidad. No era muy mayor, pero tenía unos 50 años y necesitaba la ayuda de un bastón para caminar, así que no tenía nada que perder.
Nunca antes había hecho yoga pero las mujeres mayores de la clase me dieron la bienvenida y me inspiraron, porque si podían hacer los movimientos y eran mayores que yo, yo también podía”, dice Sandoval. Comenzó apendiendo los ejercicios de respiración y las posturas poco a poco. “Recuerdo lo difícil que fue porque tenía miedo de hacer demasiada presión en el tobillo”, dice. Fue difícil al principio, pero el profesor de yoga la animó a probar diferentes posturas a su propio ritmo, incluso aunque no pudiera hacerlas completamente. Los instructores de yoga saben que no todo el mundo es capaz de hacer las posturas perfectas cuando empiezan. Es importante aprender las pposturas lentamente, su cuerpo se hará más fexible y fuerte a medida que practique.