El sonido calmante del canto de la madre podría ayudar a los recién nacidos prematuros a respirar con mayor facilidad, encuentra una revisión reciente.
El análisis de más de una docena de ensayos clínicos encontró que la musicoterapia ayudaba a estabilizar el ritmo respiratorio de los recién nacidos prematuros durante su tiempo en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN).
Mayormente, la musicoterapia conllevó que las madres cantaran a sus bebés, aunque algunos estudios usaron grabaciones de la voz de la madre. Y esa es la clave, dijeron los investigadores.
“Los bebés a término completo pueden reconocer la voz de la madre al nacer”, explicó la investigadora, Lucja Bieleninik. “Es importante fomentar esa conexión en los bebés prematuros, cuyos últimos meses de gestación se pasan fuera del útero”.
Además, cuando mamá o papá cantan, pueden cambiar sus voces, por ejemplo haciéndola cada vez más baja cuando parezca que el bebé se está durmiendo, explicó Bieleninik, investigadora postdoctoral del Centro de Investigación de la Academia de Musicoterapia Grieg en Bergen, Noruega.
En esencia, la musicoterapia comienza en el útero, comentó Joanne Loewy, directora del Centro de Música y Medicina Louis Armstrong del Sistema de Salud Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
“El primer tamborilero que se escucha es el corazón de la madre”, dijo Loewy, que no participó en la revisión. “Se escucha el ‘zumbido’ del útero”.
Según Loewy, la “buena musicoterapia” conlleva esos mismos elementos: un ritmo sencillo y predecible, periodos de calma periódicos y el sonido familiar de la voz de mamá.
En su propia investigación, Loewy encontró que la música en vivo en la UCIN (cantada o tocada) puede ayudar a estabilizar la frecuencia cardiaca y la respiración de los bebés prematuros, ayudar en el sueño y fomentar el tiempo de “alerta tranquila”. La música en vivo conllevaba que uno de los padres cantara una nana, un “gato box” (un tipo de instrumento de percusión) que simula el sonido del latido del corazón, o un disco del océano que imita el zumbido del útero.
Además, los padres que cantaban a sus bebés afirmaron que reducía sus niveles de estrés.
Ese fue un patrón que Bieleninik y sus colaboradores observaron en los estudios que revisaron: los niveles de estrés de las madres bajaban cuando les cantaban a sus bebés prematuros en la UCIN.
“Al incorporar a los padres como participantes activos en la musicoterapia, podemos afectar de forma positiva tanto a los bebés prematuros como a sus padres”, afirmó Bieleninik.
En el estudio, los investigadores reunieron los resultados de 14 ensayos clínicos con casi mil bebés prematuros. Los ensayos difirieron respecto a la forma de administración de la musicoterapia, pero la mayoría incluyeron el canto de las madres en la UCIN y en todos participó un musicoterapeuta.