asistir a sesiones supervisadas de estiramiento y ejercicios de respiración.
Cuando los bebés tenían 1 mes de edad, un fisioterapeuta evaluó sus habilidades motoras. Resultó que a los bebés de las madres que hacían ejercicio les fue un poco mejor, aunque todos los bebés estaban dentro del rango del desarrollo típico.
En cuanto al motivo de que los hábitos de ejercicio de la madre pudieran importar, los investigadores apuntaron a algunas posibilidades. El ejercicio podría fomentar al desarrollo del cerebro fetal al mejorar el flujo sanguíneo y de oxígeno al útero. Y podría ayudar con su crecimiento y desarrollo general a través de la liberación de unas proteínas llamadas factores de crecimiento.
Pero en este estudio, gran parte del beneficio del ejercicio se observó entre las bebés de sexo femenino. Los bebés de sexo masculino tenían unas puntuaciones algo más altas que las chicas, en promedio, y se observaron menos diferencias entre los chicos cuyas madres hicieron ejercicio y aquellos cuyas madres no hicieron ejercicio.
El estudio no puede responder sobre el motivo. Pero May dijo que apunta a que el ejercicio