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La Comida Frita Aumenta El Riesgo De Enfermedad Cardiaca Y ACV

Fíjese en el menú de cualquier feria de condado (salchichas fritas, galletas fritas e incluso mantequilla frita) y se dará cuenta de inmediato de que a los estadounidenses les encanta la comida frita. Pero ahora otro estudio sugiere que quizá deba alejarse de esa salchicha frita.

El estudio encontró que comer comida frita aumentaba el riesgo de ataque cardiaco y accidente cerebrovascular (ACV). Y mientras más comida frita coma, mayor es su riesgo.

Las personas que comían comida frita de una a tres veces por semana tenían un riesgo un 7 por ciento más alto de ataque cardiaco y ACV que las que comían comida frita menos de una vez a la semana. Entre los que comían comida frita a diario, el riesgo se disparaba, llegando a ser un 14 por ciento más alto.

Dana Angelo White, dietista registrada, afirma que los hallazgos no la sorprendieron, porque este no es el primer estudio que reporta una conexión entre la comida frita y los malos resultados de salud.

“Comer pequeñas cantidades de algo frito no es el fin del mundo, pero mientras más comida frita coma, peor es para usted”, explicó White, que no participó en el estudio. White es profesora asociada en la Universidad de Quinnipiac, en Hamden, Connecticut.

Freír los alimentos es un método de cocción común en Estados Unidos, apuntó el estudio. Pero investigaciones anteriores han vinculado a la comida frita con enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, la insuficiencia cardiaca, la obesidad y la hipertensión.

Un estudio publicado en enero reportó que las mujeres que comían más de una porción de comida frita por semana aumentaban su riesgo de enfermedad cardiaca y muerte precoz.

El estudio actual, dirigido por Jacqueline Honerlaw, del Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU. y del Centro de Investigación e Información sobre Epidemiología de los Veteranos de Massachusetts, tuvo un gran tamaño, e incluyó a casi 155,000 militares veteranos. Incluyó sobre todo a hombres (un 90 por ciento), y su edad promedio fue de 64 años.

Honerlaw y sus colaboradores preguntaron a los participantes del estudio sobre los alimentos que comían, incluyendo la comida frita. Poco menos de la mitad dijeron que comían comida frita menos de una vez por semana. Alrededor de un tercio comían comida frita entre una y tres veces por semana. Solo un grupo pequeño (alrededor de un 5 por ciento) dijeron que comían comida frita a diario.

Durante el periodo de seguimiento de tres años del estudio, casi 6,800 sufrieron una enfermedad cardiaca o un ACV.

La Dra. Eugenia Gianos es directora de Salud Cardiaca de las Mujeres en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. Apuntó que la asociación entre la comida frita, la enfermedad cardiaca y el ACV “fue mayor entre los que consumían la mayor cantidad de comida frita, incluso tras tomar en cuenta otros factores del estilo de vida y patrones dietéticos”.

Gianos, que no participó en el estudio, dijo que los hallazgos fueron limitados porque solo se incluyó a un pequeño número de mujeres. Pero White apuntó que la información nutricional generalmente no difiere entre hombres y mujeres.

También es importante anotar que aunque el estudio encontró un vínculo entre la comida frita y el riesgo de enfermedad cardiaca y ACV, no probó un vínculo causal.

A partir de este estudio no está claro qué tipos de comida frita consumía la gente, y eso puede hacer una diferencia. Pero en general la comida frita es malsana porque freír los alimentos añade muchas grasas y calorías adicionales.

“Piense en la cantidad de aceite de oliva que le echaría a una ensalada, en comparación con empapar un alimento en aceite cuando lo cocine. Las calorías se pueden salir de control rápidamente”, anotó White.

Y la forma en que alguien fríe la comida también puede hacer una diferencia, afirmó. SI el aceite está demasiado frío cuando echa la comida para cocinarla, absorberá más aceite antes de estar lista. Dijo que la temperatura del aceite debería ser de 325 a 375 ºF (de 163 a 190 ºC) antes de cocinar.

White también señaló que las personas no siempre se dan cuenta de que están comiendo comida frita, por ejemplo las alitas de pollo o las rosquillas. “Si ve las palabras crujiente, crocante o dorado, hay muchas probabilidades de que sea frito. Cuando se fríe un alimento y se cubre en salsa, quizá no sepa que es frito”, añadió.

Gianos dijo que la comida frita quizá no sea el único culpable en este grupo de estudio. Dado que más de un 40 por ciento de la población de la VA hacía ejercicio menos de una vez por semana, y alrededor de un 40 por ciento eran fumadores actuales, planteó que “un mensaje más importante quizá sea que esta población es ideal para intervenciones que se dirijan a las conductas saludables”.

Los hallazgos del estudio aparecen en una edición reciente de la revista Clinical Nutrition.

Más información

Para más información sobre una alimentación saludable, visite la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association).

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